Entender cuáles son las cinco disfunciones de un equipo es clave. Todos de alguna forma u otra estamos dentro de un equipo, puede ser en lo laboral, en la amistad, la construcción de una familia.
Interactuar y desarrollar tu rol dentro de un equipo no es tarea fácil, para entender mejor cómo está funcionando y poder analizar lo que ocurre dentro de este sistema, existe un modelo basado en las cinco disfunciones de un equipo.
Las disfunciones que vamos a estudiar, no pueden interpretarse de manera aislada. Pues todas ellas constituyen un modelo interrelacionado. El fallo en cualquiera de estos 5 aspecto supone un desenlace letal para el equipo.
- Ausencia de confianza: ocurre básicamente por la falta de disposición de los miembros del equipo de mostrarse vulnerables en el grupo. No están dispuestos a abrirse ante otros y las debilidades imposibilitan la construcción de cimientos de confianza.
- El temor al conflicto: el fallo en la confianza lleva a la segunda disfunción. Los equipos que carecen de confianza son incapaces de entregarse a discusiones de ideas sin freno y apasionadamente. En cambio recurren a conversaciones veladas y a comentarios cuidadosos.
La falta de compromiso: la falta de conflicto es un problema tal que lleva a la tercera disfunción. Sin airear sus opiniones en el curso de un debate abierto y apasionado, los miembros de un equipo en escasas ocasiones aceptan las decisiones y se comprometen con ellas, aunque finjan que están de acuerdo con ellas.
- Evitación de responsabilidades: Debido a la falta de compromiso y aceptación los miembros de un equipo desarrollan una evitación de las responsabilidades. Esto conlleva a la falta de compromiso con un plan de acción.
- Falta de atención a los resultados: el ambiente provocado por la falta de responsabilidad lleva a la falta de atención a los resultados. Esto ocurre cuando los miembros del equipo sitúan sus necesidades individuales (como el ego, el desarrollo de la carrera profesional, el reconocimiento) por encima de las metas colectivas del equipo.
Para entender mejor este modelo, vamos a imaginar el enfoque opuesto positivo donde los miembros actúan como un equipo verdaderamente cohesionado.
- Confían unos en otros
- Participan en conflictos por ideas sin filtrarlos
- Se comprometen con ideas y planes de acción
- Se responsabilizan mutuamente por el cumplimiento de estos planes
- Se centran en el resultado de logros colectivos
El trabajar de manera constante y con las herramientas adecuadas para el logro de estos objetivos dará como resultado equipos de alto rendimiento que contribuirán al éxito de la empresa.